No hay que dejarse vencer por la belleza de Florencia ni intentar visitar todos sus monumentos en un día, y aún menos en una mañana, o una tarde. Florencia debe saborearse sin prisas, dedicando a cada rincón todo el tiempo necesario.
- Catedral de Santa Maria de Fiore: planta tradicional en cruz latina y fachada de mármol blanco, rosa y verde. El interior con tres naves llama la atención por su amplitud y sobre todo por la sencillez de las líneas. En la pared de la fachada hay unas vidrieras realizadas sobre dibujos de Lorenzo Ghiberti. La cúpula tiene 50 metros de diámetro y una altura de 91 metros.
- Palazzo Vecchio: es de estilo gótico: planta baja sin apenas ventanas, superior con algunas ajimezadas y finalmente almenas. Lo primero que se encuentra nada más cruzar la puerta es el llamado patio de Michelozzo, donde hay una pequeña fuente con un amorcillo y una serie de frescos, bajo las arcadas, de Vasari.
- Loggia dei Lanzi: se construyó a finales del XlV para las asambleas públicas de la "Signoria" y más tarde fue destinado para albergar al cuerpo de lanceros de Cosimo l, de ahí su nombre de Loggia dei Lanzi. Arquitectónicamente es una de las ,mejores muestras florentinas del gótico tardío.
- Ponte Vecchio: es el más antiguo de Florencia. Su aspecto es de lo más singular con las aceras ocupadas por las joyerías, sobre las que discurre el corredor Vasariano.
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